Las casas de madera tienen la particular cualidad de ser, al menos en nuestra imaginación, un lugar cálido y acogedor. Son muchas veces un sitio donde escapar de la rutina, aunque algunas estén construidas en el patio trasero y otras estén emplazadas en un remoto paisaje en el corazón de la naturaleza. Muchas, además, son un codiciado punto donde los invitados pueden pasar unos días sin sentir que su presencia nos demanda mucha atención. Pero cuando empezamos a habitar los espacios que con tanta ilusión hemos construido, ocurre que algo perturba esta calma mágica: hace mucho, muchísimo frío.
Es importante, entonces, pensar en las estrategias para que una casa de madera pueda generar y retener el calor necesario para hacerla confortable, sin gastar muchísimo dinero en electricidad, por supuesto. Esto es posible —muchas veces sin hacer grandes obras— enfocándonos en atacar los puntos débiles de la casa en relación con el escape de radiación y aire caliente. Ventanas y puertas que generan corrientes, por ejemplo, pueden arreglarse con un simple burlete, obteniendo una diferencia notable en el confort. Otros temas, como los techos con aislación deficiente, los cimientos por donde penetra la humedad, o la orientación incorrecta de las ventanas principales, son todos parte de los factores clave que deben considerarse durante el diseño de la casa para poder incorporarlos durante la construcción.
Si todavía no has empezado a construir tu casa de madera, ¡Tienes suerte de estar leyendo esto ahora! Hay muchas cosas que puedes hacer para minimizar el escape de calor y ahorrarte miles de euros al año en calefacción, empezando por la orientación de la casa y el tipo de ventanas que coloques en la cara sur. Esta, por ser la cara que recibe más sol durante el día en todas las épocas del año, es la cara donde debes priorizar la luz, optando por ventanas grandes que permitan la entrada de luz directa si el entorno de la casa lo permite. Es sumamente importante que elijas vidrios dobles presurizados con argón (es más aislante que el aire) o bordeados con material higroscópico (el aire seco es mucho mejor aislante que el aire húmedo), por suerte hoy en día ambas opciones son muy comunes y vienen como prestación estándar en las mejores cabañas prefabricadas. Además, muchas empresas ofrecen la posibilidad de personalizar el diseño de la cabaña sin costo adicional, por lo que podrás elegir ventanas más grandes y reforzar diferentes aspectos de la aislación si eliges esta opción.
Hablando de ventanas, te recomendamos elegir marcos de madera, que son los que proveen mejor aislación aunque también requieren algo de mantenimiento, o en su defecto, de pvc. Este tipo de ventanas y puertas posee burletes incorporados y sistemas de traba a presión que evitan las corrientes de aire. Si las ventanas no poseen burletes, es imprescindible colocárselos. Es un trabajo sencillo, el costo será mínimo y el ahorro en la cuenta de luz será notable. De hecho, esta es la medida más efectiva en términos de costo beneficio que puedes tomar para mejorar el confort de una cabaña.
También es clave que antes de construir te asegures de que el espesor de la aislación, sobre todo en el techo, sea suficiente. Se pierde hasta un treinta por ciento del calor por las fugas en el techo, por la simple razón de que el aire caliente es más liviano y tiende a subir, escapando por cualquier fisura abierta que encuentre. Con lo cual es necesario colocar una buena cantidad de material aislante, por ejemplo cincuenta milímetros de lana mineral, y sellar bien las uniones del techo y las paredes. La lana mineral también se coloca en las paredes, donde un espesor mínimo de cincuenta milímetros es recomendable. Al contrario de lo que muchos piensan, la madera en sí no es un buen aislante, por lo que no está recomendado construir paredes sólidas de madera de mayor grosor, sino aumentar el grosor de las paredes con tabiques aislantes. Generalmente, se coloca revestimiento de madera por fuera, luego de colocar el aislante, y por dentro queda la madera de la construcción, dando un aspecto homogéneo a toda la casa.
Terminando con los aspectos constructivos, hablemos de los cimientos: el concreto permite que la humedad pase a través de él, por lo tanto, debemos asegurarnos de colocar una membrana hidrófuga para evitar que se humedezca la aislación del piso. Esto no solo reduce la capacidad aislante, sino que la humedad puede hacer que se produzcan grietas en la madera por donde aparecerán corrientes de aire, y permite la formación de moho, que puede llegar a comprometer la integridad estructural de la construcción. El uso de madera tratada en las bases de la cabaña está recomendado para prevenir la putrefacción, pero también debemos colocar alrededor de cien milímetros de material aislante entre las vigas del suelo si queremos evitar perder hasta el veinte por ciento del calor por esta vía.
Más allá de todos los recaudos que deben tenerse durante la construcción, también hay dos elementos importantísimos que recomendamos colocar en cualquier cabaña situada en un lugar frío: uno son las alfombras, especialmente sobre suelos cerámicos, pero también sobre madera, en ambos casos aportarán capacidad aislante, una deliciosa sensación cálida en los pies y transmitirán una impresión visual de calidez. El otro elemento que no puede faltar son unas buenas cortinas aislantes. No hace falta que estén fabricadas de un material de alta tecnología, pero deben ser gruesas si queremos que cumplan su función aislante, y en lo posible, que lleguen hasta el suelo. Así, el aire que se enfría por contacto con los paños de vidrio fríos será obligado a bajar hasta el suelo, evitando la convección que enfría el ambiente.
Son muchas cosas, ¡y ni siquiera hemos hablado de los diferentes tipos de calefacción que puedes instalar! Desde la romántica salamandra a leña hasta los más sofisticados sistemas de suelo radiante, existen opciones para todos los gustos y tipos de proyectos. Si tu cabaña de madera es pequeña, hasta cincuenta metros cuadrados aproximadamente, te bastará con una sola fuente de calor ubicada en el centro del espacio, y puedes optar por una salamandra para conseguir la sensación más auténtica de una cabaña clásica, eso sí, tendrás que cortar la leña y alimentarla regularmente. Muchos eligen los paneles eléctricos por su comodidad, ya que no ocupan casi espacio, entregan calor sin secar el aire y son silenciosos, además de poder regularse con un termostato. Otra ventaja de estos es que pueden instalarse fácilmente una vez que la construcción está terminada, por lo que pueden salvarnos en caso de que no hayamos previsto suficientes medidas contra el frío desde el inicio. Los sofisticados sistemas de radiadores o piso radiante suelen utilizarse solo cuando la construcción es grande, por su elevado costo. En el largo plazo, sin embargo, se amortizan debido a su bajo consumo, ya que operan a gas, el cual suele ser más barato que la electricidad.
En definitiva, para mantener tu cabaña habitable durante todo el año deberás considerar desde un principio la importancia de la aislación, y no olvides colocar burletes en las puertas y ventanas. Esfuérzate por conseguir buenas cortinas y decide el método de calefacción que más va contigo. Finalmente, disfrutarás de un cálido refugio, y hasta puede que eches de menos al invierno, cuando venga la primavera.
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