La conservación y reparación de las superficies del suelo

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Los suelos son una parte fundamental del desarrollo de las actividades de nuestro día a día, y pasan totalmente desapercibidos. Precisamente uno de los indicadores del desarrollo y evolución de una sociedad es el asfalto, en sus suelos con el que buscan la comodidad de sus pisadas y las de sus medios de transporte. Además, este permite el desarrollo de cualquier actividad ante cualquier forma de precipitación ya que es poco sensible a la humedad y eficaz contra la penetración del agua.

Las carreteras, fundamentales para el transporte

El asfalto, ese material viscoso y pegajoso que también se utiliza para la construcción de carreteras convencionales, autovías o autopistas, fue utilizado en la antigüedad para la construcción de caminos y edificios. Se encontraba de forma natural en estanques y lagos de asfalto y se formaba a partir de residuos de petróleo que rezuman hacia la superficie a través de fisuras en la tierra. Hoy en día, el asfalto no se obtiene por la vía natural, sino que se extrae de las refinerías petroleras como subproducto sólido, siendo más económica su obtención de este modo. 

En este sentido, la conservación de las carretas es muy importante con el fin de que estas se consoliden como pavimentos flexibles, rígidos o semirrígidos. Su mantenimiento pasa por tratar las patologías que la carretera haya podido desarrollar durante el período de tiempo en el que se ha encontrado sobre el suelo natural: hundimientos, blandones, ondulaciones en la superficie, escalones, grietas… Las empresas como GEOSEC especializadas en resolver este tipo de problemas actúan inmediatamente para reestablecer la seguridad de la vía tratada.

El suelo de las viviendas 

Otro de los suelos que día a día soportan distintas pisadas son los de las casas u oficinas. En este caso, la base de estos suelos es las soleras o la capa de hormigón sobre la cual puede colocarse algún revestimiento para su acabado. Este será un sustento fundamental para colocar de forma correcta los suelos finales y proporcionarles así cierta estabilidad. Además, las soleras forman una parte esencial a la hora de la colocación de sistemas radiantes de calefacción de tal forma que permite la maximización del rendimiento de este proceso.

El suelo del lugar de trabajo

Las fábricas, almacenes u oficinas son lugares que tienen que soportar la carga de grandes volúmenes de materiales pesados durante un tiempo extenso. De ahí a que los pavimientos industriales sean el tipo de suelo determinado para este tipo de sitios ya que no permiten los desperfectos o desgastes. Este tipo de suelo proporciona una mayor higiene a la zona por el tipo de materiales que son utilizados que permiten su rápida limpieza y la menor acumulación de desperdicios. Además, son firmes y resistentes a cualquier cambio de temperatura y toleran cualquier tipo de componente químico. Este tipo de suelos ofrecen la seguridad de mantener cualquier explosión y frenar así los daños que pueda ocasionar. 

Diferentes tipos de suelos para diferentes momentos y tipos de acciones que se realizan sobre ellos. A pesar de esta divergencia, todos ellos tienen algo en común: proporcionar una superficie cómoda, destinada al tipo de actividad conveniente y la seguridad de la elección de cada proceso y material para su composición. 

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